Aquel día no llovía, no. Diluviaba. Ni siquiera le respetó la nube al salir de casa o al llegar a la iglesia. Y, sin embargo, Merche será una de las novias más bonitas que hayamos atendido jamás. Como estaba verdaderamente feliz y en su corazón solo había cosas por las que alegrarse, no encontró mejor paragüas que disfrutar a tope de cada segundo con una increíble sonrisa. Lució un vestido con cuello joya de Lola Gumiel.  Las fotos en días nublados además, son un regalo para el objetivo de cualquier cámara. Y para muestra, un botón. Foto: KEÑA Fotógrafos